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La crisis del coronavirus deja una factura de más de 9.000.000€ a las asociaciones de parálisis cerebral

Las entidades del Movimiento ASPACE han salvaguardado la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y sus familias asumiendo un sobrecoste por asociación de cerca de 110.000€ desde el 11 de marzo de 2020.
 
Solo el 1,52% de este sobrecoste ha sido cubierto con financiación pública o privada. Para evitar su cierre, las entidades se plantean abrir líneas de crédito, reducir la atención y realizar ajustes de plantilla.
 
Los datos, de acuerdo con el informe Impacto y sobrecoste económico del COVID-19 en las entidades ASPACE en 2020 elaborado por Confederación ASPACE; ponen de manifiesto el papel fundamental de las entidades ASPACE para las personas con parálisis cerebral y sus familias; y el riesgo de pérdida de calidad de vida y exclusión social al que se enfrentan sin la cobertura del tejido asociativo. 

Equipos de protección. Refuerzo de personal. Bajas y sustituciones. PCRs, desinfección, limpieza y lavandería. Y más. La lista de recursos materiales, humanos y organizacionales que las entidades del Movimiento ASPACE han asumido a lo largo de la situación de pandemia es larga y sus costes aumentan mes a mes a medida que esta se prolonga. Desde la declaración del primer Estado de Alarma los objetivos de las asociaciones estaban claros:  no dejar de lado a las personas con parálisis cerebral y sus familias; preservar sus derechos y calidad de vida, evitar que este colectivo vulnerable ante la COVID, con grandes necesidades de apoyo, quedara desamparado ante una crisis sanitaria y económica sin precedentes.
 
La situación, sin embargo, es insostenible. “El tejido asociativo ha ofrecido una respuesta de urgencia”; explica la presidenta de Confederación ASPACE, Manuela Muro, “ya llevamos un año haciendo grandes esfuerzos y los apoyos que hemos recibido han sido escasos. Esto nos está llevando a una situación límite y no existen alternativas a la atención que prestan nuestras entidades para las familias con grandes necesidades de apoyo”. Para evidenciar esta situación, Confederación ASPACE ha realizado un estudio entre sus entidades cuyas conclusiones se recogen en el informe Impacto y sobrecoste económico del COVID-19 en las entidades ASPACE. El documento cifra el sobrecoste económico de las 85 entidades del Movimiento ASPACE en 9.331.031,41€; con una media de 196.776,84 € por entidad; 46.433,19€ en inversiones iniciales de equipamiento y adaptación de servicios y 63.343,65€ en el mantenimiento posterior. 
 
“Partíamos ya de un déficit medio de financiación del 12% en relación con el coste de servicio”, sostiene Muro; “y las ayudas recibidas para paliar los costes de COVID-19 en general han sido escasas e insuficientes”. En concreto, el informe señala que el 9,5% de las entidades han recibido alguna financiación privada, con un importe medio de 10.500€; el 33% ha obtenido ayudas públicas por una cuantía media de 10.481,13 € por entidad; y el 14% de las asociaciones han accedido a otras ayudas privadas con un importe medio de 14.010,89€ por entidad. En total, las ayudas recibidas han logrado cubrir el 1,52% de los sobrecostes que el Movimiento ASPACE ha enfrentado.
 
Incertidumbre de cara al futuro
La evolución de la nueva normalidad no parece halagüeña para los derechos de las personas con parálisis cerebral, su calidad de vida y su inclusión social. Tras estos términos, que bien pueden parecer ya manidos dándose por sentados, lo cierto es que la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la fragilidad de cualquier conquista social, en especial de las que mejoran las vidas de los colectivos más vulnerables. Las entidades ASPACE reclaman mayor apoyo e implicación de instituciones públicas y privadas para no dejar de lado a las personas con parálisis cerebral y sus familias. Mientras, “no contemplamos abandonarlas, ni dejar de apoyarlas” declara Manuela Muro: el 52,4% de las entidades prevé incrementar su endeudamiento, el 47,6% se verán obligadas reducir horas de atención y solo el 28% valora eliminar servicios, conscientes de su carácter esencial de soporte para las personas con parálisis cerebral y sus familias. 
 
“Comprendemos el contexto en el que vivimos” señala la presidenta de Confederación ASPACE. “Por eso hemos elaborado este informe, para explicar con datos claros nuestra labor, la situación que abordamos, los esfuerzos que hacemos para mantener el apoyo a familias muy vulnerables y la ayuda que necesitamos para mantenerlos. Lo único que queremos es evitar que esta crisis sanitaria y económica se convierta también en una crisis de derechos”. 
 

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