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Ya nos vamos preparando y mentalizando para la vuelta a la realidad, pero aprovechando al máximo nuestras últimas horas aquí.

Tras visitar Oviedo, Teverga y Gijón, el último día de nuestro viaje lo empleamos en bajar por última vez al pueblo, volver al spa y hacer valoración de nuestros días por aquí.

La Residencia Spa La Minería está bastante adaptada y digo bastante porque, en general, en los alojamientos que se hacen llamar "adaptados" no lo son mucho en realidad. Pequeñas cosas, como el espacio disponible en las habitaciones, las barras en los baños, la elevación o no de las camas, los pequeños resaltes en el suelo o pequeños escalones, no son tenidos en cuenta por el resto de la población pero, las personas con parálisis cerebral y quienes compartimos nuestra vida con ellos y ellas sabemos cuánto marcan la diferencia estas pequeñas cosas en la calidad de vida y autonomía de nuestro día a día. La Residencia Spa La Minería está "bastante" adaptada, pero no lo suficiente: faltan todas estas cosas que decía antes y alguna más, que pasaré a relatar a continuación.

Falta un mantenimiento constante de la grúa que da acceso a la zona de spa. Durante nuestra estancia, la mitad de las personas que fueron de vacaciones se quedaron sin poder acceder porque la grúa no funcionaba. En el último momento, el último día de nuestra estancia y después de mucho insistir, nos avisan de que la han arreglado, pero ya no podemos usarla. Además, al jacuzzi se accede a través de escaleras, lo que es insalvable para casi la totalidad de participantes del turno de vacaciones, que sólo pueden acudir siendo trasladados a peso por dos personas.

El camino al pueblo trascurre por una acera muy estrecha, por la que en ocasiones no podemos transitar con las silla de ruedas, teniendo que emplear el arcén con mucho cuidado. En el pueblo, tan sólo hay un par de establecimientos accesibles (sin escaleras), que son los que podemos disfrutar.

Existe una ruta a lo largo del río que no pudimos hacer, pero que nos encantaría. No sabemos cómo es su accesibilidad. No nos da tiempo a hacerla.

Debido a las características de las personas que disfrutan del turno de vacaciones, algunas deben tomar comida adaptada (tipo túrmix o texturizada) en función de su grado de disfagia. Generalmente, la consistencia de los túrmix que nos dan es muy líquida y debemos espesarla, además de tener grumos, lo que pone en peligro la seguridad de su alimentación. En muchas residencias están implantando los texturizados como opción saludable, segura, eficaz y placentera de adaptar la comida para personas con disfagia, que no sólo existen en la población  con parálisis cerebral, sino que también abunda en personas mayores. Considero que debe ser una opción que debe cosiderar seriamente la dirección de la Residencia Spa La Minería como alternativa más adecuada que la comida túrmix habitual.

Todas estas cosas sólo las indicamos como una crítica constructiva y enfocada a la mejora constante del servicio ofrecido por nuestro alojamiento. Pese a todo lo indicado anteriormente, hemos disfrutado de nuestra estancia y, sobre todo, de la atención de los y las profesionales que trabajan en esta residencia: personal cuidador, de cocina, de la administración, enfermera, recepcionistas y, sobre todo, nuestro querido Rubén, acompañante de fatigas y cenas que,con su encantador carácter y singular simpatía, nos ha hecho sonreír en todo momento y sentir como en casa.

¡Hasta la próxima, Felechosa! ¡Nos encantas, Asturias!