Actualmente la tasa de personas con discapacidad mayor al 75% que están activas es de un 11,5%.
La educación, el escaso desarrollo normativo de las figuras jurídicas para la promoción del empleo y que la incentivación fiscal a la contratación no siga un principio de proporcionalidad son las principales barreras.
Según el “Estudio sobre la situación y las necesidades de las personas con parálisis cerebral en el ámbito de la integración laboral” que desde Confederación ASPACE editamos en 2018, la tasa de personas con discapacidad mayor al 75%, donde se encontrarían una gran parte de las personas con parálisis cerebral, es de un 11,5%. La causa principal de que este porcentaje sea tan llamativamente bajo es la falta de accesibilidad del mercado laboral para personas con grandes necesidades de apoyo, colectivo en el que se encuentra una gran parte de las personas con parálisis cerebral.
Siguiendo con datos de este estudio, una de las principales barreras con la que se encuentra el colectivo para poder acceder a un empleo es la educación. Desde Confederación ASPACE creemos que siempre que el alumnado cumpla con los objetivos fijados en la adaptación curricular, tendría que recibir la titulación correspondiente. De lo contrario, se vulnera el derecho a la educación de las personas con discapacidad.
Otra barrera para la inserción laboral de las personas con este tipo de discapacidad es el escaso desarrollo normativo de las figuras jurídicas para la promoción del empleo en personas con parálisis cerebral, como son el empleo con apoyo y la asistencia personal. En el caso del empleo con apoyo, la contratación de preparadores laborales solo es prorrogable hasta un máximo de 2 años y 6 meses. Esta regulación no se ajusta a las necesidades de las personas con grandes necesidades de apoyo que necesitan de esta ayuda a lo largo de toda su vida profesional. En cuanto a la asistencia personal, cuando se pretende compatibilizar con la inserción laboral se reduce su número de horas. Esto es incongruente con la propia naturaleza de esta figura, ya que impide su uso real y efectivo en entornos laborales que constituyen, la expresión última de la autonomía personal.
Una nueva barrera que es necesario señalar es la incentivación fiscal a la contratación de personas con discapacidad. Existen diversas ayudas a las empresas en este sentido: bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social, deducciones en el impuesto de sociedades y subvenciones por contratación indefinida y para la adaptación de los puestos de trabajo. Sin embargo, estos incentivos no se rigen por un principio de proporcionalidad y no se desagregan suficientemente sus dotaciones para cubrir a quiénes mayor vulnerabilidad laboral presentan. Así, la parálisis cerebral, cuyo colectivo está compuesto por un 80% de personas con grandes necesidades de apoyo, dispone de menores posibilidades de inserción laboral que otros colectivos; ya que los apoyos que precisa son mayores y no quedan suficientemente cubiertos con estos incentivos.
En este sentido, en parálisis cerebral, resulta necesario establecer dos tramos de dotación. El primero para personas con parálisis cerebral con un grado de discapacidad de entre el 33% y el 64%; y el segundo para aquellas con un grado de discapacidad superior al 65%. En palabras de Ángeles Blanco, responsable de derechos y asesoría jurídica de Confederación ASPACE, “desde la Confederación apostamos por el mantenimiento de las dotaciones para el primer tramo, pero creemos muy necesario el incremento en el segundo de ellos. La parálisis cerebral es la discapacidad con menor tasa de inserción laboral en comparación con otras discapacidades como la sensorial, física o intelectual. “
Frente a esta realidad, el trabajo a distancia y el teletrabajo pueden ser una fórmula efectiva para la contratación de mujeres y hombres con parálisis cerebral. Mientras el trabajo a distancia se presta en el domicilio de la persona trabajadora o en el lugar libremente elegido por esta, el teletrabajo es el que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.
Ambas modalidades pueden constituir una oportunidad para la inserción laboral del colectivo, e incrementar su tasa de integración, por la propia naturaleza de ambas figuras jurídicas, basadas en la flexibilización de los tiempos para la conciliación personal y laboral. Sin embargo, la regulación actual no prevé ninguna medida de discriminación positiva para el fomento del empleo en personas con discapacidad. Se aplican los incentivos fiscales previstos en las diferentes modalidades de contratación, pero resulta imprescindible, además, ahondar en la situación de discapacidad en la propia norma, a fin de que sirva a la inserción real y efectiva de nuestro colectivo.
Asesoría jurídica de Confederación ASPACE
Se pone en marcha coordinadamente con los equipos de profesionales de todas las entidades ASPACE, que son quienes canalizan las consultas jurídicas centradas en las áreas de: incapacitaciones judiciales, patrimonio protegido, y herencias y discriminación en todas las esferas sociales, con especial atención a las producidas en el entorno laboral. Asimismo, y con carácter de preferencia en su tramitación, damos respuesta a las situaciones de violencia y abuso, prestando especial atención a las relativas a la violencia de género y, en general, a las producidas como fruto de la discriminación interseccional, por razón de ser mujer y tener parálisis cerebral.
Los equipos de profesionales de las entidades ASPACE adscritas al programa, n son quienes envían las solicitudes de asesoramiento legal al correo electrónico asesoriajuridica@confederacionaspace.org. Desde el servicio, según la renta y la temática, establecemos una extensión de atención y una priorización de resolución de la consulta efectuada.
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