Participarán en una formación tras la que desarrollarán instrumentos preventivos para identificar la violencia y formar a otras mujeres con grandes necesidades de apoyo.
La formación también busca sensibilizar tanto a agentes sociosanitarios y educativos implicados en la detección precoz de la violencia, como a operadores jurídicos vinculados al abordaje legal.
Desde el Movimiento ASPACE ponemos en marcha una nueva formación sobre violencia sexual destinada a mujeres con parálisis cerebral de las entidades del Movimiento ASPACE. La finalidad es que las propias mujeres con parálisis cerebral se empoderen y puedan desarrollar instrumentos que les ayuden a identificar la violencia. Además, posteriormente formarán a otras mujeres con grandes necesidades de apoyo y sensibilizarán tanto a agentes sociosanitarios y educativos, que son quienes más oportunidades tienen de detectar de forma temprana la violencia sexual, como a operadores jurídicos vinculados al abordaje legal.
El 84,74% de la violencia ejercida contra mujeres con grandes necesidades de apoyo tiene que ver con presuntos delitos de carácter sexual. Además, las mujeres que utilizan comunicación alternativa enfrentan barreras emocionales, actitudinales y de accesibilidad y una falta de apoyos adecuados ante una posible denuncia. Todo ello dificulta este proceso y su posterior participación en el proceso judicial.
Para intentar frenar esta situación el pasado año lanzamos un protocolo sobre violencia sexual con herramientas prácticas para hacer posible un abordaje inclusivo ante cualquier proceso jurídico en el que estén inmersas estas mujeres y teniendo en cuenta sus necesidades de apoyo sean físicas, intelectuales, cognitivas o comunicativas. La formación que ahora ponemos en marcha se basa en las acciones propuestas en este documento.
El proyecto formativo tendrá una duración de dos años y participarán 18 mujeres con parálisis cerebral. Durante este tiempo aprenderán a observar con perspectiva los mitos del amor romántico y a identificar situaciones de violencia, asimismo se formarán en educación sexual y reproductiva. La formación finalizará con la generación de herramientas propias, tanto personales como materiales, para que estas mujeres puedan identificar la violencia sexual y realizar su posterior denuncia.
Durante la formación, que se realizará en dos fases, las mujeres se dividirán en tres grupos que contarán con el apoyo profesional de profesionales de la psicología y sexología. Todas las sesiones se desarrollarán virtualmente, aunque en el cierre de la primera fase de la formación las mujeres se reunirán en una jornada para la presentación de los materiales y recursos generados en los distintos grupos. La segunda fase del proyecto se realizará en 2025 y la llevará a cabo cada mujer participante formando a otras mujeres en sus respectivas comunidades autónomas.
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