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La Rampa: un corto que conecta con la realidad de las familias con parálisis cerebral

El director Juanfer Andrés, conocido por su sensibilidad en temas sociales, explora en su último corto, La Rampa, la historia de un abuelo que lucha por salvar una barrera arquitectónica para que su nieta con parálisis cerebral pueda acceder a su transporte escolar. Este cortometraje se ha convertido en un fenómeno viral multipremiado en distintos festivales. Se puede visualizar en Youtube y es una denuncia, una demanda de ayuda, un recuerdo de que, a veces, los problemas de unos pocos, de los más vulnerables, deberían de ser de todas las personas, y no solo de aquellas que aún conservan el impulso de la solidaridad.

Hemos hablado con Juanfer Andrés sobre el proceso de creación del corto; desde la implicación de la Fundación Numen, entidad miembro de Confederación ASPACE, hasta cómo se produjeron los momentos más emotivos del rodaje.

Un proyecto que nace y crece con la Fundación Numen

La conexión de Juanfer con Numen comenzó hace años, cuando cumplió su servicio social en el centro como objetor de conciencia. “Hice muy buena relación con ellos y con las familias de los niños que atendían. Desde entonces, mantuvimos el contacto,” comenta el director. Fue esta relación la que propició que, años después, le contactaran para realizar un pequeño proyecto audiovisual de sensibilización. Sin embargo, Juanfer les sugirió un proyecto más ambicioso, realizar un corto y distribuirlo por festivales: “Mi percepción es que las historias de ficción, como los cortos, tienen mayor conexión emocional con la audiencia que un anuncio.”

 

En Fundación Numen acogieron la idea con entusiasmo, y tras cerrar el proyecto y el guion, se encargaron de proponer perfiles para interpretar a la nieta de Enrique, una niña con parálisis cerebral. Y ahí apareció Lola, una de las claves de este cortometraje: “Lola fue increíble”, recuerda Juanfer, porque su autenticidad fue fundamental para el proyecto. Su participación aportó realismo a la ficción, pero también requirió un enfoque diferente al habitual en una producción audiovisual para garantizar su bienestar. “Todo el rodaje giraba en torno a Lola. Si necesitaba comer, parábamos y comía. Nos adaptamos a los procesos, tiempos y necesidades de Lola”.


La magia del cine, la magia de la vida

Y ese esfuerzo tuvo su recompensa. Lola, cómoda con el equipo, confiando en los actores Enrique Simón y Laura Lafuente, actúo con naturalidad, y contribuyó a construir la escena más emotiva del corto; la escena final. “Puede ser fácilmente de las mejores que he rodado en mi vida”, nos dice Juanfer. “Era más sencilla en el guion, hay que darle el mérito a Enrique a Laura. Cuando vieron que Lola interactuaba con ellos y reía, ellos empezaron a tirar de la situación y a improvisar”.

 

La emotividad del corto con escenas como la mencionada, con la presencia de Lola y con la gran labor interpretativa de Laura Lafuente y Enrique Simón han conectado con la realidad del público y del circuito de festivales. La rampa es un corto humano, que ha recibido premios tanto en el ámbito social como en la industria cinematográfica. Y destaca la variedad de galardones que ha recibido el equipo: mejor actriz, mejor guion, mejor banda sonora, premio del público… Además de su viralidad, este es otro reflejo del impacto emocional que ha tenido en los espectadores. Juanfer atribuye este éxito al enfoque del corto a que toca la temática de la discapacidad sin caer solo en la tristeza. ”Con todo lo bueno, con todo lo malo, pero sin poner el énfasis en las cosas tristes”.

 

La crisis de la solidaridad y la esperanza de futuro

Hoy en día los mecanismos que activan la solidaridad están muy vinculados a cómo nos comunicamos como sociedad: poniendo el foco en lo inmediato, en lo llamativo, replicando las mismas estructuras comunicativas que encontramos en las redes sociales. La rampa no es solo un abuelo cuidando en solitario a una persona tan vulnerable como su nieta, una niña con parálisis cerebral. La rampa nos muestra el aislamiento de las familias que viven en esa misma realidad, la falta de apoyo, las dificultades físicas y de salud que afrontan por el impacto de los propios cuidados. En este sentido, Juanfer destaca la escena de la reunión de vecinos, en la que el abuelo no recibe la ayuda que necesita. “Es muy universal, habla del individualismo y cómo en ese tipo de reuniones cada uno mira por lo suyo y no escucha”.

Pero el mensaje también es positivo. El personaje de Laura Lafuente es una vecina que se presta a ayudar sin esperar nada a cambio. “Ella es un soplo de esperanza y le ha dado un final positivo al corto”, reflexiona el director, “yo sí creo que siempre va a haber alguien dispuesto a echar una mano a quien lo necesita”.

 

 

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