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Cómo aprender a manejar el duelo ante la pérdida de un ser querido

En la situación actual el proceso es aún más traumático por la imposibilidad de despedirse debido a las limitaciones en el número de personas en velatorios y funerales.

Desde las entidades ASPACE estamos proporcionando apoyo individualizado ante esta realidad.

 

El fallecimiento de un ser querido produce un gran impacto en los familiares y las amistades más cercanas, que tienen que pasar su proceso de duelo. En la actual situación resulta más complejo y traumático si cabe, debido a las limitaciones en el número de personas en  velatorios y ceremonias fúnebres, así como  a la obligación de guardar la distancia social, de manera que el afectado no puede sentir la cercanía y el apoyo de amigos y familiares en esos momentos tan difíciles.

Las personas con parálisis cerebral, incluidas las que tienen mayores necesidades de apoyo, también tienen que aprender a manejar esta situación, desde las entidades ASPACE les apoyamos a ellas y a sus familias, animándoles a pedir ayuda en el caso de que lo necesiten.

En palabras de Yolanda González, psicóloga colaboradora de ASPACE Castilla y León, “el duelo es un doloroso proceso normal para la elaboración de una pérdida, sucede en un momento determinado de la vida y debe llevar a la adaptación, armonización y aceptación de la situación interna y externa frente a una nueva realidad.”

En este tiempo es posible que la persona experimente gran variedad de emociones como tristeza, rabia, culpa o impotencia. Las personas con parálisis cerebral probablemente necesiten un mayor apoyo y acompañamiento en estas circunstancias, tanto por parte de su familia como de los equipos de profesionales de la entidad.

Según Yolanda García, “hay que estar atentos a la interpretación que la persona con parálisis cerebral hace de su pérdida y según sus capacidades de afrontamiento, sus experiencias, su posibilidad de reconocer y elaborar sus sentimientos y de los apoyos con los que cuente, ofrecer los recursos que necesite para que aprenda a vivir sin alguien de otra manera.”

El duelo en confinamiento requiere de alternativas para poder llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Es importante evitar el aislamiento social a través de videollamadas para conectar con amistades y familiares, poder expresar emociones como angustia, tristeza, dolor, hablando, escribiendo o dibujando.

Desde las entidades ASPACE estamos proporcionando apoyo individualizado ante esta realidad, conociendo qué percepción tiene la persona de la muerte, cómo lo explica, cuáles son sus creencias, sus miedos, y generar espacios para que pueda hablar de su pérdida.

Facilitar la expresión de emociones y sentimientos adaptados a sus capacidades dejando claro que son reacciones normales ante la muerte, les ayudará en el proceso, así como hacerles partícipe de todo lo que sea posible sobre la despedida de su familiar. También es importante intentar que los cambios en su vida sean los mínimos posibles y que cuenten con el apoyo y acompañamiento profesional en todo momento.

Recorrer este camino requiere tiempo y estar preparado para recaídas. Se ha comprobado que en algunas personas con parálisis cerebral este proceso se puede ver demorado, y surgir a los seis meses o más de haberse producido la pérdida del ser querido. Aunque la mayoría de los duelos transcurren sin complicaciones y se completan dentro del tiempo razonable sin intervención externa.

Según la psicóloga Yolanda González, las pautas a seguir en este tipo de procesos son:

  • Ayudar a la persona a aceptar la pérdida, invitándola a hablar acerca de ella y de las circunstancias que la rodearon.
  • Ayudar a identificar los sentimientos relacionados (rabia, culpa, ansiedad, tristeza), no criticar su presencia, identificar su expresión.
  • Ayudar a vivir sin el fallecido y a tomar sus propias decisiones.
  • Ayudar a independizarse emocionalmente del fallecido y establecer relaciones nuevas.
  • Ayudar a enfocar su duelo en situaciones especiales como cumpleaños y aniversarios.
  • Autorizar la tristeza dejando saber que es lo apropiado e informando de las diferencias individuales de este proceso.
  • Dar apoyo continuo, incondicional y sin límite de tiempo.
  • Ayudar a la persona a entender su propio comportamiento y su estilo de duelo.
  • Identificar problemas no resueltos y eventualmente sugerir ayuda profesional.
  • Escuchar y comprender.

En algunas ocasiones la persona puede necesitar terapia para identificar y resolver los conflictos de separación que interfieren en el cierre del proceso. En este caso se debe hacer en coordinación entre quienes rodean a la persona con parálisis cerebral.

La calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y sus familias es la razón de ser del Movimiento ASPACE. En la difícil situación actual del país a causa del estado de alarma, nuestros equipos de profesionales se mantienen en contacto diario con las personas usuarias y sus familias, prestándoles la atención que necesitan en cada momento.

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