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La importancia de volver al colegio para los menores con parálisis cerebral y sus familias

Desde  Movimiento ASPACE comenzamos una vuelta a las aulas segura en nuestros centros de educación especial.

El mes de septiembre es sinónimo de la famosa “vuelta al cole”, las y los más pequeños comienzan este año el colegio de manera diferente a otras ocasiones debido a la situación que estamos viviendo en nuestro país a causa del COVID 19. Los niños y niñas con parálisis cerebral también inician estos días su regreso a las aulas, desde los centros de educación especial del Movimiento ASPACE cuidamos cada detalle para que la vuelta sea totalmente segura.  
 
Que el alumnado vuelva a las aulas es fundamental para su vuelta a la normalidad y la de sus familias, Ainhoa Gamarra, psicóloga de ASPACE Álava así nos lo transmite: “el volver al colegio es clave para nuestros alumnos y alumnas, el establecimiento de rutinas, el acceso a los aprendizajes en pro de su autonomía, el acceso a los apoyos específicos (fisioterapia, audición y lenguaje, logopedia…), proporcionar una disciplina fuera del hogar, la socialización con otros niños y niñas de su edad… son algunas de las razones por las que es importante la vuelta a las clases en los centros de educación especial.” 
 
Sin embargo, la situación especial por la que estamos atravesando en nuestro país, hace que algunas familias puedan sentirse inseguras por dejar a sus hijos e hijas en las aulas ante el temor a un posible contagio. En los centros de educación especial del Movimiento ASPACE les proporcionan toda la información necesaria para su tranquilidad y les informan de los protocolos y pautas a seguir durante la reanudación de las clases.  
 
Para evitar que el alumnado corra cualquier tipo de riesgo, en este nuevo curso se han implantado distintas novedades en los centros, la principal de ellas es la creación de los llamados “grupos burbuja”, formados por niños y niñas que estarán juntos tanto en las aulas como en los patios o en los comedores, sin tener contacto con el resto del alumnado. Esta novedad es imprescindible como medida de seguridad ya que, si algún alumno o alumna del grupo da positivo en COVID, sólo tendrán que quedarse en casa quienes integran el grupo burbuja y no el resto de alumnos y alumnas del centro. 
 
Otros cambios que se han introducido este año son la administración de gel hidroalcohólico cada cierto tiempo durante la jornada escolar, el mantenimiento de la distancia de seguridad con el resto de los compañeros y compañeras, así como con los profesores y profesoras, o la medición de temperatura diaria a la entrada a las aulas.  
 
Durante el confinamiento tanto el alumnado de los centros de educación especial como el del resto de colegios en nuestro país tuvo que quedarse en casa. Pero no permanecieron desatendidos, los equipos profesionales de los centros ASPACE realizaron seguimientos telefónicos con las familias y, como nos comenta Ángela Rouco, directora del centro de educación especial de ASPACE Coruña, “se les enviaron pautas desde los distintos departamentos para ayudar a las familias en su cuidado. “ 
 
Para conocer la situación en que se encuentran los niños y niñas tras el paréntesis temporal sin acudir a los centros, con el comienzo del nuevo curso van a llevarse a cabo estudios individualizados. Así Ángela Rouco asegura que “vamos a realizarles una valoración inicial donde se les examinará y se marcarán objetivos en función de los resultados de esa evaluación, para lograr la recuperación que necesiten. “  La vuelta al colegio ya ha comenzado y aunque no sabemos cómo va a evolucionar la situación sanitaria. Desde los centros de educación especial se irán acomodando a las circunstancias que vayan surgiendo en la medida que sea posible, siempre poniendo en primer lugar a los alumnos y alumnas.  
 
Durante estos meses la coordinación con la Administración ha sido en la mayoría de los centros de educación especial bastante fluida para conseguir un regreso a las aulas con todas las medidas de seguridad. No obstante, aún existen demandas por cubrir para garantizar la mejor atención posible en los centros:  la necesidad de una bajada de la ratio en las aulas, el aumento de las partidas de materiales tales como equipos de protección individual, materiales de limpieza y desinfección y materiales para acondicionar las aulas. Los recursos de las entidades ASPACE son escasos y se han visto en la posición de realizar grandes esfuerzos para garantizar el derecho a la educación de los menores con parálisis cerebral. La mejora de la coordinación con las distintas Administraciones para lograr estos materiales resultaría de gran ayuda para hacer frente a la situación actual. 

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